Alianzas Público Privadas: la perversión del concepto

Barataria

Las Alianzas Público-Privadas, denominadas comúnmente como APP, surgen dentro de las teorías sociológicas como aquel tipo de convenios o contratos en las que tanto el sector público como una parte del sector privado, convienen en la concesión de un servicio o la construcción de infraestructura cuyo desarrollo comprenderá no solo una inversión superior, sino que se asumen riesgos sustanciales de tipo técnico, financiero u operacional. Estas alianzas público-privadas han evolucionado dependiendo de qué país es el que las quiere implementar:  así los países en vías de desarrollo y que no son del primer mundo, por lo general la alianza viene por la vía de la gestión en la prestación de servicios, en tanto que la infraestructura únicamente se da cuando existe la idea de promover megaproyectos.  En los países en vías de desarrollo, la situación es diferente: la concesión de servicios o gestión deberá ser limitada dada las condiciones de infraestructura del país y, en este caso, de servicios estos implicarían lógicamente una fuerte inversión para mejorar el servicio a conceder.

Explico todo esto porque en Guatemala el concepto de alianza público-privada se ha pervertido. En efecto, las APP en nuestro país son una suerte de privatización de servicios e infraestructura sin más ni más y esto no tiene más que una sola razón, la perversión del sistema por parte de los funcionarios y el gobernante corrupto a cambio de una voracidad del sector privado querer enriqueciendo con la ley del menor esfuerzo.

Al final del siglo pasado Guatemala sufrió la ola de privatizaciones de varios servicios públicos, al igual que muchos países latinoamericanos. Lo que prometió ser acciones que mejorarían los servicios públicos, además de ampliar la cobertura de estos y que tales servicios se proveerían a precios justos.  Sin embargo, hoy en día sufrimos del monopolio de cartel de las telefónicas que se han enriquecido con precios abusivos y desmedidos a ciencia y paciencia del gobierno que ni siquiera es capaz de exigirle que bloquee las señales de las cárceles del país ya mucho menos de regular los precios de la supuesta competencia.  Además de ello se sufre de una falta de cobertura del suministro de energía eléctrica debido a que se hizo una Ley General de Electricidad a la medida de la voracidad del sector privado en donde el INDE se dejó para que desarrollara una infraestructura para que luego, la iniciativa privada la utilice para vender la energía eléctrica a precios exagerados como ocurre hoy en día.  Las bondades de la privatización gritada a los cuatro vientos, en realidad ha empobrecido más a la población y a ha esquilmado más al gobierno que invierte en recursos públicos y vende a precios de quemazón, en tanto telefónicas y empresas del sector eléctrico se enriquecen más y más.  Pero las bondades de la privatización suponían que los países mejorarían más y mas al privatizar, los únicos que mejoraron fueron un grupo de personas en el gobierno que ahora son millonarios a costa de comprar empresas como GUATEL por abonos, pero como era Álvaro Arzú el presidente no robaba, hay gente ingenua en Guatemala que cree que Arzú nunca robó.

Ahora mismo los teóricos de la economía moderna, han promovido las APP como una forma de “mejorar los servicios” ideas retrogradas como estas ni siquiera deberían de analizarse en Guatemala. Muchos hablan de que debe de establecerse una Alianza Pública Privada para la autopista a Escuintla cuya concesión terminó el año pasado.  Otros ven con buenos ojos cómo mediante un decreto se estableció una “Alianza Público Privada” en la carretera de Escuintla a Puerto Quetzal. Y se habla de que debería de promoverse una Alianza Público Privada para la gestión del Aeropuerto Internacional La Aurora.  En realidad en Guatemala no quieren hacer Alianzas Público Privadas; en efecto la iniciativa privada no esta dispuesta a entrarle a una verdadera APP sino que lo que desean es que se continúe con las privatizaciones del siglo pasado.  En el caso de la Carretera de Escuintla a Puerto Quetzal, resulta sumamente ser caradura para hablar de una alianza publica privada de una carretera que, en primer lugar ya existe, cuyo trazó se realizó cuando se construyó, que tiene muchos años de funcionar sin el mantenimiento adecuado y que invertir en darle el mantenimiento y reconstruir tramos no es mas que una función que el Estado puede hacer perfectamente sin “privatizar” la misma.  Se creó una ley en la cual supuestamente hay una alianza publico privada, pero en realidad es una ley para privatizar una carretera existente.  Pregunta seria ¿Porqué no se hizo una Alianza Público Privada para desarrollar un corredor de carretera y línea férrea para transporte de carga de Puerto Quetzal a la Ciudad de Guatemala? La respuesta es simple, para la ANADIE las Alianzas Público Privadas es lo mismo que las privatizaciones de la infraestructura ya existente aunque sea escasa en el país. La ANADIE, institución encargada de promover este tipo de alianzas; tiene mas de 10 años de funcionamiento y al día de hoy únicamente ha concretado una “alianza público-privada” que es precisamente la privatización de la carretera de Escuintla a Puerto Quetzal.  Fuera de ello no ha tenido mayor éxito y considero que como ha desarrollado su función no la tendrá. 

Últimamente ha saltado a la vista la situación caótica del Aeropuerto Internacional la Aurora.  El caso del mayor aeropuerto del país es por demás una vergüenza nacional.  El Gobierno de Oscar Berger se clavó a manos llenas muchos millones de quetzales para supuestamente modernizar el Aeropuerto.  En ese momento histórico se pudo haber iniciado la construcción de un nuevo aeropuerto, las explicaciones un tanto estúpidas del señor Berger rayaban en que Masagua Escuintla estaba muy lejos y que era mejor que el AILA se quedara como el mayor aeropuerto del país en la zona 13 y que se invertiría en ampliarlo.  Se hizo una ampliación vaga sin estudios técnicos y que abarcó el antiguo hipódromo nacional y con ello terminó la obra.  Nadie necesitaba ser urbanista para entender que la tendencia es de que los aeropuertos no estén dentro de las ciudades y que hay que sacarlos de allí para hacerlos más amplios, eficaces y con probabilidades de expansión.  Hoy en día, bajo una administración del señor Francis Argueta (quien sabe que cuello tuvo para estar dos gobiernos como Director de Aeronáutica Civil) el AILA va de mal en peor.  Ahora, hay gritos pidiendo que se mejore, pero algunos que se creen doctos en la materia hay estado gritando a los cuatro vientos que se necesita una alianza pública privada para gestionar el Aeropuerto Internacional La Aurora.  La verdad es que esto no solo es un error, sino que además constituiría un despropósito porque lo que se pretende en verdad es una privatización de este Aeropuerto cuyo nivel es similar al Aeropuerto de Belize es decir ya no ofrece las mejores condiciones.  ¿Por qué no pensar en una alianza público privada que permita la inversión, gestión y concesión de un aeropuerto moderno? 

Las alianzas publico privadas no son privatizaciones, en países como Guatemala son inversión y gestión.  No somo un país con exceso de infraestructura, sino que somos un país con deficiencias en infraestructuras y servicios.  Si la iniciativa privada cree que esta en los años noventas en los que las privatizaciones estaban a la orden del día no es así.  Errores de gobiernos anteriores como la privatización de la carretera Escuintla – Puerto Quetzal no deben cometerse porque cuando se empiece a cobrar peaje sobre esa carretera van a saltar protestas de los pobladores de Puerto San José o Puerto Itzapa que tendrán que buscar rutas alternas muy lejos de sus municipios para llegar a sus destinos o bien conformarse con estar pagando peajes.  Cuando se construyó la Autopista Palín – Escuintla, esta se inicio de cero, es decir que la construcción fue nueva, hubo errores en la concesión por el numero de años y otros aspectos atribuibles a la corrupción existente pero el proyecto en si dotó a Escuintla y Guatemala de una carretera moderna.   Sin embargo, iniciar un proceso privatizador de la poca infraestructura del país únicamente presentará retraso histórico y no ayudará a desarrollar la infraestructura de Guatemala.  De seguir así, sin considerar verdaderas Alianzas Público-Privadas en donde la iniciativa privada invierta en desarrollar nueva infraestructura que pueda gestionar como debe ser para resarcir su inversión, sino que privatizar la infraestructura para enriquecer a unos pocos, va a ser nefasto para el país. Ayer fue la Carretera Escuintla-Puerto Quetzal, hoy podrá ser el Aeropuerto Internacional La Aurora y mañana vamos a terminar con el Periférico. No señores las alianzas publico privadas para Guatemala deberán partir de cero, crear infraestructura y gestionarla en alianza Estado Iniciativa Privada es lo que necesitamos, hay tantas obras que se necesitan en el país y que puede ser objeto de este tipo de APP, está un periférico nacional, un periférico metropolitano, varios puertos y un moderno Aeropuerto allí hay de donde se puede generar trabajo y riqueza. Creer que privatizar una carretera, un aeropuerto o un puerto existente es alianza publica privada no solo es un sinsentido, sino que es una vergonzosa forma de robar el dinero público y empobrecer al país.

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