Apostillas del libro: Tecnologías de la información, su impacto en la educación

Por: Sergio Morataya

Del libro de Olmedo España, para entender el avance de la Sociedad del Conocimiento y la Información se puede delimitar a su propuesta de los “caminos a seguir”, y esa es la parte del libro sobre la que voy a comentar.

Hay una propuesta que no es nueva, pero si enérgica de Olmedo España.  La universidad está comprometida a organizar su trabajo académico en torno a las necesidades de transformación de las sociedades. Es decir, una universidad que transforme su esencia es el primer norte de los caminos a seguir, más adelante apunta a qué se refiere con esta aseveración.

Nos referimos al tema de la paz, los derechos humanos, la democracia, el medio ambiente, la calidad de vida, el desarrollo tecnológico y el manejo de nuevos sistemas informáticos, bañados por la innovación como la robótica y las impresoras 3D (la cuarta revolución tecnológica de la humanidad). No importa en realidad la velocidad en la que configura la Sociedad del Conocimiento y la Información a la universidad, no solo debe estudiar el cambio, entenderlo y llevarlo a la práctica que es lo más difícil. COVID-19 nos vino a dar una lección de eso, y a acelerar el proceso de transformación, OJO, una transformación a la fuerza, por eso para Olmedo España el camino es una reforma más profunda.

Lo anterior, sin olvidar un aspecto esencial, que es incorporar nuevos contenidos curriculares que equipen a las personas con nuevas concepciones y herramientas más adecuadas al contexto en el que ejercerán su actividad profesional. La estrategia pedagógica de la universidad se debe orientar hacia aprendizajes eficaces. Es decir, entender que hoy somos ciudadanos del mundo, sin embargo, no podemos permitir que los jóvenes que ingresan a la universidad no tengan una identidad, local y nacional.

Uno de los temas centrales para considerar como parte de los fundamentos y caminos a seguir de la universidad, es la formación de una ciudadanía comprensiva con las identidades locales, nacionales y globales. La base es que esta nueva forma de gestión del conocimiento, haga lo que la universidad tradicional no llegó a alcanzar. O sea, una nueva utopía de lo que debe ser la “universidad del pueblo”.

Es importante no abandonar nuestra esencia histórica y abandonarnos por completo a la universidad virtual sin un norte ideológico y pedagógico. De ahí que bajo este paraguas de un hecho histórico que no puede pasar desapercibido para las universidades, es lo que hace emerger la concepción de universidad virtual. Habrá que tomar en cuenta, a su vez, que está reconocido en el mundo académico lo que se denomina “Sociedad del Conocimiento”.

En tal sentido, sostenemos la idea de una universidad que encuentre en esta nueva concepción, el montaje de una estrategia pedagógica en la que se asuma el uso de las “tecnologías digitales”. Citado por Olmedo España, UNESCO señala en el trabajo replantear la educación: “Los educadores, entonces, en este nuevo mundo cibernético, están obligados a preparar mejor a las nuevas generaciones de “nativos digitales”, para que puedan hacer frente a las dimensiones éticas y sociales no sólo de las tecnologías digitales existentes, sino de las que están aún por inventar”. “Se dice que el aprendizaje móvil, solo o combinado con otras tecnologías de la información y la comunicación, permite aprender en todo momento y lugar”. “Estas tecnologías están en evolución constante y en la actualidad abarcan los teléfonos móviles y teléfonos inteligentes, ordenadores en forma de tableta, libros de lectura electrónica, reproductores de audio portátiles y las consolas manuales”, por lo que “las tecnologías móviles tienen particular interés para los educadores gracias a su menor costo en comparación con los ordenadores de oficina, y a su incorporación de abundantes recursos de internet”.

Para llegar a una conclusión, la universidad debe responder a esa presión y transformarse, pero sin perder la vinculación, en especial, con el aspecto social, no digamos con sus fines establecidos en su reglamentación y el factor “vida” por los miles de estudiantes y docentes. En un escenario mundial, gobernado por el conocimiento y por la educación permanente, redimensiona sus compromisos transnacionales humanistas, culturales y educativos, así como la relevancia de las ciencias, tecnologías, y en un vínculo más intenso con su entorno social para responder a las exigencias del trabajo, el conocimiento y el progreso social.

Olmedo España, con la sencillez que le caracteriza ha dejado huella en nuestra universidad, no solo por la entrega de este libro y su aporte, sino por sus pasos en distintos espacios académicos, en especial, por la Dirección General de Docencia. Asimismo, llevó a la práctica lo que dice, pero en específico, el camino a seguir, que muchos esperamos sea retomado porque necesitamos en medio de esta vorágine virtual, tener un norte y buscar a un aliado en instituciones y empresas para miles de estudiantes que fueron marginados de sus clases por razones socioeconómicas. Nosotros, los docentes, solo vimos cómo unos fueron arrebatados por el COVID-19, y otros por el sistema social e injusto que no les permitió tener acceso al Internet. GRACIAS, OLMEDO POR TU AMOR A LA USAC, A LOS ESTUDIANTES.

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