Para vivir mejor o morir

Tanmi Tnam

Cuando las personas viven en condiciones aceptables pasan los días y los años disfrutando de la vida personal, familiar, de la tranquilidad y alegría del ambiente comunitario y de la compañía de los buenos vecinos.  Familias que viven bien, ven a sus hijas e hijos crecer, asistir a la escuela, dedicar algunos momentos a la recreación y hacer el mayor esfuerzo porque todos estén muy bien. En el área rural, muy pocas familias gozan de las condiciones aceptables puesto que la mayoría vive en extrema pobreza por múltiples razones. Ante esta triste y dolorosa realidad, miembros o familias enteras emigran en busca de medios de sobrevivencia.

La emigración que se conocía y se vivía por los años setenta del siglo pasado era más la emigración de familias del altiplano del país hacia la costa sur en busca de trabajos temporales en las fincas de café, algodón y caña de azúcar. Poco tiempo después, debido al aumento de las condiciones de pobreza, muchas familias iniciaron la emigración hacia las ciudades importantes del país y a distintos municipios del lado de México. Se acentuó esta emigración como consecuencia del conflicto armado interno, pero también ha facilitado el hecho de tener elementos culturales bastante cercanos particularmente para la población maya que vive en ambos lados. Tampoco hay que desconocer que familias con más decisión y posiblemente para conservar la vida se fueron para talvez nunca volver, emigraron para los Estados Unidos.

Pasan los años, pasan las generaciones de personas, gobiernos llegan y gobiernos se van del poder y de la oportunidad para construir el desarrollo con resultados concretos para las familias de escasos recursos económicos. Lamentablemente las condiciones de pobreza continúan y nada ha pasado, no asoman las soluciones por parte de algún gobierno, cada vez hay más población y también miles pasan a formar parte de quienes viven en extrema pobreza.  La despreocupación por las soluciones a la pobreza se refleja en las estrategias y acciones que ejecutan las autoridades del más alto nivel y los gobiernos municipales.  Por mucho tiempo, cada cuatro años, los candidatos ofrecen de todo para eliminar la pobreza, pero nada se cumple. También es conocido por muchos guatemaltecos que algunos candidatos a presidente de la República viajan a ofrecer de todo para los compatriotas que trabajan en Estados Unidos, pero faltan acciones concretas tanto para quienes viven fuera y los familiares que se quedan en nuestro país.

Siendo sensatos, no hay condiciones para evitar la emigración en un contexto donde lo común es la falta de fuentes de trabajo, algunas oportunidades laborales pagan salarios por debajo del salario mínimo, la población adulta está más para actividades agrícolas sin requerimientos de alta tecnología, los que han egresado de la escuela primaria y del nivel medio no encuentran trabajo por ningún lado, faltan las pequeñas, medianas y grandes empresas para que operen en municipios con alto porcentaje de pobreza. En estas zonas de empobrecidos, nadie de capital grande llega a abrir fuentes de trabajo, nadie invierte y entonces abunda el hambre, el dolor, la tristeza, la miseria y el desarrollo humano queda lejos.

Aún con tantos peligros a la vista, incluida la muerte, cada semana muchos jóvenes hombres y mujeres emigran para Estados Unidos con la esperanza de encontrar trabajo y como consecuencia mejorar las condiciones de vida personal y las de las familias. Nuestro sentido pésame a las familias que sufren el dolor por la pérdida de algún familiar en el hecho reciente de Ciudad Juárez, México.

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