¿Quién gana en web3?: Creadores queer, prejuicios y la cadena de bloques

Se ha vuelto cada vez más importante que el espacio criptográfico se vuelva más raro y que las comunidades queer se adapten. El aislamiento que sintió Davies en el espacio NFT es algo que escucho repetir una y otra vez por los creadores de criptomonedas queer. Y la experiencia de Dawnia con la comunidad queer de la vida real es algo con lo que muchos criptoqueers también están familiarizados. Cuando comenzó a acuñar, también comenzó a perder amigos: “Hubo tantos artículos exitosos sobre cripto-NFT en ese momento y me siento como tanta gente queer, que meses antes había denunciado la debacle de las ‘pajillas de plástico’ a medida que las corporaciones cambiaban”. la culpa de los problemas sistémicos al consumidor promedio, se aferró a ellos. Me sentí realmente traicionado, para ser honesto”. La hipocresía era evidente. Si, en cambio, aceptara un trabajo en una de las corporaciones principalmente responsables de la destrucción del planeta, sabe que la respuesta habría sido diferente. “Me habrían recibido con felicitaciones, o en el peor de los casos, ‘tienes que hacer lo que tienes que hacer para sobrevivir en este sistema capitalista’”.

En espacios queer, a menudo hablamos de alegría. La alegría de la comunidad, la amistad, el amor, la euforia de género. Esa alegría es genuina, pero el énfasis es a menudo un mecanismo de afrontamiento. Las personas queer no son homogéneas, e incluso en nuestros propios espacios, el aislamiento es el rey. Las personas que viven en comunidades más pequeñas son las más afectadas, pero incluso alguien como yo, que vive donde vivo, sabiendo que probablemente podría pasar una semana sin interactuar con una persona cishet si realmente lo intentara, puede tener dificultades para encontrar una comunidad. Ser la única persona trans en una sala de cis queers, por ejemplo. Hay un millón de variaciones, que se reducen al género, la sexualidad, la raza, la religión, la política, la clase económica, lo que sea. Es difícil encontrar gente queer que sea exactamente igual que tú. Es por eso que muchos de nosotros ya recurrimos a espacios en línea para la comunidad, para conocer gente que nos entienda. Es un estilo de vida tan solitario es una línea clásica que se usa para asustarnos y hacer que rescindamos nuestras verdades, colgando el ultimátum del rechazo sobre nuestras cabezas. ¿Quieres ser marica? Seguro. Pero estarás solo y estarás triste. Buena suerte.

No es correcto caracterizar únicamente lo queer como soledad. Encontrar a tu gente es difícil, pero cuando lo haces, son tu familia. Es complicado, y como los creadores queer en el espacio NFT experimentan el aislamiento de dos lados, el cambio se vuelve esencial en cada extremo. “Hace tiempo que no recibo muchas críticas”, dijo Dawia, lo que me tranquilizó. “No estoy seguro de si esto significa que las actitudes están cambiando o que la capacidad de atención es corta, o si eliminé con éxito a los detractores”. Si el arte NFT puede tener éxito en uno de sus principios centrales, construir una comunidad a través de redes conectivas de igual a igual, tal vez pueda eliminar parte del vitriolo y el escepticismo iniciales.

Entonces, ¿quién gana en Web3? En muchos casos hasta la fecha, son las personas las que siempre han ganado. Pero los valores están cambiando y, si bien las personas en el espacio NFT son responsables de mejorar sus propias comunidades, el verdadero impulsor del progreso proviene del exterior, y no es imposible. Pienso en el evento Decentraland de “The Lesbian Bar Project”, esta fusión de espacios que hasta hace poco parecían antitéticos. Los bares ocupan un lugar específico en el corazón de las personas queer, en nuestras historias. En Estados Unidos, los bares de lesbianas están desapareciendo. Mencioné anteriormente que Ginger’s era el único bar de lesbianas en Brooklyn; un segundo abrió en mi vecindario este mes. En Manhattan, hay dos. One en Queens organiza eventos emergentes y ha estado tratando de financiar un espacio permanente durante la mayor parte de los dos años. Con tan pocos lugares para reunirse, ¿cuál ha sido la respuesta de la comunidad? Adaptar. Uno de los lugares lésbicos más populares en Brooklyn es una fiesta semanal organizada en un bar heterosexual en Williamsburg, uno con un gran patio trasero y una clientela que por lo general evoca demasiadas imágenes de universidad para mi gusto. Pero todos los miércoles por la noche, se transforma en un paraíso sáfico. En mi propio vecindario, hay pocos bares queer propiamente dichos, pero debido a que una gran población de personas queer lo llaman hogar, la mayoría de los bares son bares queer siempre que aparezcan las personas adecuadas, y los ciskets ya están tan acostumbrados que apenas parpadeamos cuando entramos. Un espacio dedicado tiene valor, absolutamente. Pero en ausencia de lo que necesitamos, somos bastante hábiles en la elaboración de alternativas, siempre y cuando no nos encontremos con hostilidad en el exterior.