Región violenta – El Siglo

Teorema

El 29 de marzo de 2023 hubo otro enfrentamiento entre vecinos de Ixchiguán y de Tajumulco. Estando de paso, los esposos Karen Amaya y Haroldo Gramajo, quedaron atrapados entre los disparos de ambos bandos. El coronel de infantería Nicolás Bautista, heroicamente, intentó salvar a la pareja, pero un disparo en contra suya cegó su vida. Solo sobrevivió Karen Amaya. Investigaciones posteriores señalaron a Ángel Guzmán y Dionisio Gómez, líderes de un grupo que cultiva amapola, como posibles autores del hecho sangriento. Ambos fueron apresados hace cerca de un mes.

El domingo 24 de septiembre anterior, dos investigadores y un fiscal del Ministerio Público fueron secuestrados en Tajumulco, San Marcos, cuando cumplían tareas propias de su profesión. Los secuestradores ofrecen entregarlos a cambio de los líderes detenidos por orden judicial y dentro del debido proceso. Una decisión muy difícil para las autoridades. Habrá de resolverse, por una parte, la prevalencia de la ley y por la otra la vida y seguridad de los funcionarios secuestrados.

Este es sólo el último de muchísimos incidentes dramáticos y frecuentemente trágicos que acontecen en el territorio de los municipios de Ixchiguán, Tacaná y Tajumulco, la región más conflictiva y violenta del país. En esta demarcación se localiza también la zona de cultivo de la amapola que difiere, de otros campos de cultivos ilícitos, como los de mariguana, en haberse convertido en siembra que se renueva todos los años. El gobierno, bajo presión de Estados Unidos, destruye las plantaciones, pero al año siguiente los mismos terrenos vuelven a cubrirse con el rojo de las amapolas.

Las plantas florecen anualmente entre mayo y junio. Las que se cultivan en Guatemala crecen unos 70 cm. Del extremo de sus tallos brotan flores de color rojo purpúreo (también las hay blancas). Su cultivo es ilícito y es este elfundamento legal para destruir las plantaciones. La identificación de plantas y sembradíos se facilita cuando el Gobierno realiza la operación destructiva en los meses de floración.

Después de la floración, las amapolas pierden sus pétalos. Los bulbos, al hacerles un leve corte perimetral, segregan una sustancia lechosa que, al ser secada al sol, se convierte en opio. Este contiene más de veinte alcaloides (sustancias estimulantes naturales como la cafeína, la teína o la nicotina). Los derivados del opio más refinados, conocidos por el público son la morfina y la heroína.

Ambos son productos de la industria farmacéutica pero también en laboratorios clandestinos. Los primeros son prescritos por médicos para aliviar dolores intensos en sus pacientes. Por ser adictivos, crean un mercado ilícito que es provisto por laboratorios ilegales que se desarrollan pese a ser hostigados por los gobiernos.

En el mercado negro minorista europeo, una onza de opio puede llegar a tener un valor próximo a 1,100 dólares, según un vídeo publicado por la policía española que se encuentra en Google. Los bulbos secos contienen abundantes semillas que se usan en panadería y como adorno para otros platillos. No son adictivas, pero existe riesgo de contaminación con opio mal procesado en algunas semillas.

De acuerdo con el historiador y arquitecto, Augusto de León Fajardo (Tuto), hace más de 40 años, cuando llegaban las patrullas militares a los municipios de Ixchiguán, Tacaná y Tajumulco (territorio de operaciones de la ORPA), buscando neutralizar la actividad guerrillera, en los humildes ranchos con frecuencia encontraban sumas importantes de dinero en gruesos fajos de billetes. Los suboficiales al mando tenían órdenes de no decomisar, evitando crear enemistad con los pobladores, quienes se mantenían al margen del “conflicto armado”.

Agrega Tuto, que narcotraficantes mexicanos enterados de esa situación, encontraron campos extensos y seguros para la siembra intensiva de amapola (también llamada adormidera) en esos municipios. Debió ser fácil convencer a los lugareños de sustituir la siembra de frijol y maíz, por un cultivo mucho más lucrativo. Instalaron laboratorios en Guatemala. El enfrentamiento armado, y el consiguiente debilitamiento de la autoridad abrió el camino.

Unos 40 años han transcurrido desde entonces, los adultos tuvieron hijos y estos a su vez procrearon a los jóvenes de hoy. Son tres generaciones que han percibido ingresos más altos que con siembras tradicionales, adaptados a los beneficios de la siembra, cultivo y cosecha clandestina de amapolas. Su economía y hábitos de consumo ya arraigaron. Dudo mucho que esas personas quieran, de voluntad propia, regresar a una economía de subsistencia sembrando frijol y maíz ―afirma Tuto.

Legalizar la producción llevando el producto hacia mercados farmacéuticos, mejor si con un laboratorio en esa localización, es una opción que debiera ser considerada. Al menos, un centro de acopio y pago adecuado por producto sin procesar, para ser vendido a laboratorios extranjeros es una opción alterna. El precio tendría que ser adecuado ya que estaría compitiendo con lo que pagan los narcotraficantes. Según un reportaje del NYT, en 2017 los productores del sur de México vendían la resina de opio hasta por $1300 el Kg. Sin embargo, ya en 2019 el precio había decaído hasta 110 dólares por Kg. En Afganistán, principal productor de opio en el mundo (no existe prohibición de siembra) en 2023 el precio se había recuperado a 368 dólares por kilogramo.

Si se creara una política de siembra destinada al mercado farmacéutico, la pregunta sería ¿cómo asegurar que la totalidad de la producción llegue al mercado legal? ¿Cómo controlar la reacción violenta de los compradores actuales? ―se pregunta Tuto. Los agricultores atacan a los policías y a los soldados cuando llegan a destruir sus cultivos. En cierta forma, tienen razón porque eso les condena a llevar otra vez una vida miserable.

Tuto concluye asegurando: “El asunto no está suficientemente evaluado como para sugerir una solución. Tiene muchas aristas, algunas muy filosas, que involucran a actores extranjeros quienes, además, son sumamente violentos.

Tantas veces como se han destruido las plantaciones de amapola han resurgido de nuevo para entrar en floración el siguiente año ¡Cada vez con mayor extensión y más fuerza! ¡Cada vez con mayor conflictividad y socavamiento del imperio de la ley!

El problema, como las plantas de amapola, se ha podado una y otra vez. Yo no le veo solución…»

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